Y desde ese momento nos empezamos a ver por la calle. Nos saludábamos pero nada más, parecía que muchas cosas nos separaban; los amigos/as, los colegios, el estilo de vestir, etc. Cosas que hace más de 10 años podíamos ver insuperables.
Diciembre de 2000. El cambio de la peseta a euro. La primera Nochevieja que ella no tenía hora de llegada. Él ya tenía 18 años. Ella era una vampira sexy, él un ermitaño con máscara. Ella lo tenía claro, esa nochevieja iría al bar de siempre y le buscaría. Él no la esperaba.
El Sugea estaba lleno, más que ningún sábado. Pero nos vimos casi al instante, cruzamos dos palabras y media y nos besamos. Fue un beso mágico, cómo si nos conociéramos de toda la vida, pero hubiéramos estado separados mucho tiempo. Por fin nos encontrábamos.
Después de esa noche, él la llamo por su cumpleaños. Ella no podía hablar de la emoción. Se vieron el sábado que ella celebraba su cumpleaños. Para ella fue el mejor regalo del mundo.
A partir de ese día, nos seguíamos viendo por el barrio y nos saludábamos, ahora junto con una sonrisa.
Y por fin, quedaron a la 1 de la noche en la iglesia de San Saturnino. Él le pidió que fueran novios. Era la 1.08 h. del 14 de enero de 2001.
Hace más de 10 años de esa historia, pero todavía hoy se nos ponen los pelos de punta al recordarla. Desde entonces, hemos pasado muchas cosas juntos, algunas buenas y otras no tanto. Pero siempre hemos estado ahí, el uno para el otro.
Somos felices por conocernos, pero también por toda la gente y familia que nos rodea. Porque junto con todos vosotros hemos llegado a ser lo que somos. Por eso, porque queríamos hacer una fiesta para celebrarlo, decidimos casarnos. Y aquí estamos.
Esperamos veros a todos/as el 12 de noviembre de 2011 para pasar un día juntos y completar así un poco más nuestra historia, vuestra historia.
